Según datos estadísticos, la producción porcina española se concentra principalmente en las zonas de la zona de Cataluña, Aragón, Segovia y Murcia. Y más del 60% de esa producción se estima que procede del modelo de integración porcina.

El sistema de integración optimiza los costes de la producción porcina, que pueden fluctuar mucho. Consiste en que uno es el propietario de los animales y se encarga de su alimentación y su sanidad, el integrador, mientras que otro es el ganadero propietario de la granja, y pone la mano de obra, cuida del ganado, gestiona los subproductos y, a cambio, recibe del primero una renta por cada cerdo criado, es el integrado.

Este sistema de prestación de servicios con una contrapartida económica del integrador al integrado, cada vez está más difundido por las muchas ventajas que ofrece.

En el artículo de hoy te contamos cómo funciona una granja integradora.

¿Cómo funciona una granja integradora?

En el modelo de integración porcina, el integrado es el criador de los cerdos, el que presta las instalaciones porcinas y el personal. Mientras que el integrador, es la parte que tienen en propiedad os animales, y es responsable de suministrar el alimento, los medicamentos, los servicios veterinarios y también el asesoramiento necesario para que el integrad pueda cuidar correctamente los animales.

En estos modelos, es frecuente que el integrador tenga varios integrados, por lo que se beneficia también de obtener una uniformidad de producto y mayor volumen de suministro.

El contrato de integración tiene una duración determinada y en él se detallan todos los conceptos que sustentan el sistema: el pago por la prestación del servicio, los servicios a realizar, etc. Normalmente, se incluye una remuneración extra cuando la granja integrada supera los objetivos marcados.

En comparación con otros modelos de producción porcina, como el caso de producción con granja propia o de producción en cooperativa, la integración porcina aporta mayor tranquilidad al integrado, ya que el ganadero recibe una renta fija por su trabajo de cuidado de los animales y no influyen ni las fluctuaciones de los precios de materias primas ni los costes de producción.

Todas estas ventajas hacen que este modelo sea uno de los más utilizados, y vaya en alza, siendo beneficioso para ambas partes, tanto para el integrado, que reduce el riesgo, como para el integrador, que puede reducir costes. Al final, es un sistema en donde todos ganan.